Un Dilema Moderno: Cuanto Más Intentamos Reemplazar a Los Humanos, Más Los Necesitamos
The original was shared by El Tiempo Latino, based on a post on Medium about digital dependency, artificial empathy, and loneliness. Please join the conversation on LinkedIn. Reshared with permission of Javier Marin.
La tecnología nos brinda infinitos placeres, recursos, distracciones e ilusiones de conexión; sin embargo, muchos se sienten solos, sin apoyo y no preparados para enfrentar la vida y el trabajo. Por eso, buscamos un trato más empático y de apoyo. Escuelas, universidades y lugares de trabajo intentan responder con declaraciones de apoyo y mejores recursos, algunos tecnológicos.
La empatía requiere paciencia, tiempo, humildad, vulnerabilidad y consistencia. Es difícil de ofrecer cuando estamos agotados o emocionalmente sobrecargados. Estas habilidades empáticas son difíciles de conservar con sustitutos tecnológicos que nos acostumbran a la empatía artificial rápida y sencilla.
Hace poco nos divertían los chatbots torpes e inexactos. Hoy, la producción de empatía artificial usa tecnologías avanzadas que permiten a las máquinas interpretar señales emocionales y responder adecuadamente. Modelos de lenguaje como ChatGPT automatizan la generación de respuestas, siendo más eficientes que un humano promedio.
Sin embargo, cuando un chatbot dice “Lamento escuchar eso”, sabemos que realmente no siente nada. Al interactuar con un robot no necesitamos empatía ni respeto. No duermen, no tienen malos días ni sentimientos que puedan herir. Se convierten en perfectos cómplices que promueven comportamientos tóxicos.
Si la empatía genuina es lo que nos permite conectarnos, ¿qué pueden hacer los líderes para combatir la atrofia emocional en un mundo que cambia rápidamente?
Más allá de lo que dicen los expertos, sabemos lo poderoso que es sentirse comprendido. Esta conexión toma tiempo, honestidad y confianza. Un reto esencial para los gerentes es apoyar la sostenibilidad humana en un mundo virtual. Para no perder la empatía es vital:
- Reconocer cómo la tecnología afecta nuestra capacidad de empatizar.
- Realizar una auditoría de dependencia tecnológica.
- Abandonar nuestra identidad digital y fomentar interacciones auténticas.
- Comprender que las limitaciones de la Inteligencia Artificial reflejan algunas de las nuestras.
Los chatbots nunca sabrán qué es vivir una vida con sentimientos. Ser humano y conectar con otros es nuestra ventaja para construir un futuro sostenible. Sin empatía, no hay gestión significativa de la salud mental en el mundo laboral moderno.
